Ese momento cuando sabes que estás a punto de morir y sabes que no puedes evitarlo, te entregas a la muerte, te entregas como ella se te entrega a ti. No sientes miedo, todas las cosas que te imaginabas sobre tu muerte nunca pasarán, no sientes nada, solo la aceptas. Lo único que se cumple es ese sentimiento, esa tristeza que sientes, pero no por la muerte en sí, sino por lo que conlleva; no ver más a las personas que quieres, tus amigos, tu familia, todas esas personas cuya compañía disfrutaste en vida ya no las verás y es lo único que te duele.
Cierras los ojos y empiezas a ver una luz. Antes de morir sabías sobre el proceso químico que hace el cerebro al momento de la muerte, de cómo te prepara para hacer de éste lo menos traumático posible, pero aun así, el conocer la explicación científica y racional del fenómeno no le quita lo mágico, lo sobre natural. Empiezas un viaje, uno donde puedes ver, sentir todas las cosas, todas las personas que te hicieron feliz en vida, te ves en tu lugar favorito, a la hora favorita, con el clima favorito. Un bosque, de noche y con una ligera lluvia, no sentías calor ni frío, era completamente agradable, estabas en un auto, toda tu familia estaba allí, te llevaban a un lugar, al llegar se despiden, saben que no se verán más pero no hay pena, saben que vas a descansar. Cuando te bajas ves a todas las personas que consideraste amistades queridas, amistades de toda tu vida, y aunque era un grupo diverso, todos parecían caerse bien y hablaban como si se conocieran de toda la vida. Al llegar te saludan con mucho afecto, abrazos, todos alegres de tu llegada. Pasan una buena velada, comiendo y escuchando una música que todos disfrutan, no las conoces pero al mismo tiempo son todas los sabores, sonidos y ritmos que disfrutan en uno, uno que todos disfrutan, con el pueden bailar, sentir y hablar, no hay discusiones, esta noche todos están de acuerdo en todo, solo hablan de lo que les gusta, realizan actividades del agrado de todos, es perfecto. Termina la velada y todos se van a dormir, se despiden de ti sabiendo que es la última vez que te verán, todo con una mezcla de sentimientos que te impiden saber que sienten todos, ni tú sabes que sientes. Cuando todos se van solo queda alguien a tu lado, una mujer, una mujer que con solo escuchar su nombre, su voz o pensar en ella te ponía una sonrisa tonta en el rostro, que con su solo presencia te hacía feliz. Te abraza y sueltan una lagrima ambos. Se abrazan por un largo rato, no dicen nada pero a la vez se transmiten todo. Después del abrazo le dices que la quieres, te responde que lo sabe y que solo esperaba que lo dijeras. Ya es muy tarde, ambos saben que te vas, no hay nada que hacer, se besan y todo se empieza a oscurecer, se apaga, tu cuerpo se apaga, dejas de sentir tu cuerpo, tus piernas, tus brazos, sientes como tu corazón deja de latir, como dejas de escuchar, dejas de respirar, de ver, todos tus sentidos se apagan y de a poco todo se desvanece tus pensamientos de alejan cada vez más, lo sabes, ya terminó.
Todo se apaga por completo. Estás muerto.
Cierras los ojos y empiezas a ver una luz. Antes de morir sabías sobre el proceso químico que hace el cerebro al momento de la muerte, de cómo te prepara para hacer de éste lo menos traumático posible, pero aun así, el conocer la explicación científica y racional del fenómeno no le quita lo mágico, lo sobre natural. Empiezas un viaje, uno donde puedes ver, sentir todas las cosas, todas las personas que te hicieron feliz en vida, te ves en tu lugar favorito, a la hora favorita, con el clima favorito. Un bosque, de noche y con una ligera lluvia, no sentías calor ni frío, era completamente agradable, estabas en un auto, toda tu familia estaba allí, te llevaban a un lugar, al llegar se despiden, saben que no se verán más pero no hay pena, saben que vas a descansar. Cuando te bajas ves a todas las personas que consideraste amistades queridas, amistades de toda tu vida, y aunque era un grupo diverso, todos parecían caerse bien y hablaban como si se conocieran de toda la vida. Al llegar te saludan con mucho afecto, abrazos, todos alegres de tu llegada. Pasan una buena velada, comiendo y escuchando una música que todos disfrutan, no las conoces pero al mismo tiempo son todas los sabores, sonidos y ritmos que disfrutan en uno, uno que todos disfrutan, con el pueden bailar, sentir y hablar, no hay discusiones, esta noche todos están de acuerdo en todo, solo hablan de lo que les gusta, realizan actividades del agrado de todos, es perfecto. Termina la velada y todos se van a dormir, se despiden de ti sabiendo que es la última vez que te verán, todo con una mezcla de sentimientos que te impiden saber que sienten todos, ni tú sabes que sientes. Cuando todos se van solo queda alguien a tu lado, una mujer, una mujer que con solo escuchar su nombre, su voz o pensar en ella te ponía una sonrisa tonta en el rostro, que con su solo presencia te hacía feliz. Te abraza y sueltan una lagrima ambos. Se abrazan por un largo rato, no dicen nada pero a la vez se transmiten todo. Después del abrazo le dices que la quieres, te responde que lo sabe y que solo esperaba que lo dijeras. Ya es muy tarde, ambos saben que te vas, no hay nada que hacer, se besan y todo se empieza a oscurecer, se apaga, tu cuerpo se apaga, dejas de sentir tu cuerpo, tus piernas, tus brazos, sientes como tu corazón deja de latir, como dejas de escuchar, dejas de respirar, de ver, todos tus sentidos se apagan y de a poco todo se desvanece tus pensamientos de alejan cada vez más, lo sabes, ya terminó.
Todo se apaga por completo. Estás muerto.
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