Me gustaría decir que nos volvemos a encontrar,
pero la verdad es que siempre estuvimos juntos, solo estuviste dormido durante
un tiempo. Por un momento pensé que ya nos habíamos separado, sin embargo, en
solo 5 minutos me demostraste que no era así, estabas presente y en cada mueca
lo demostraba. Me gusta pensar que somos dos personas diferentes, me gusta
pensarlo porque así existe la posibilidad de separarme de ti. Lamentablemente
sé que eso no es verdad. Eres una parte de mí, un parte tan fundamental que,
hasta cierto punto, determina quién soy, como pienso y qué hago.
Hace dos años perdí por completo el control
de ti, o de mí, estaba en mi peor momento y todo lo veía oscuro, solo quería
ponerle fin a todo, lo pensé mucho e incluso lo intenté, estuve a solo una de
hacerlo. La única razón por la que no lo hice fue por miedo, el miedo me salvó…
Sin embargo, el miedo solo evito el fin mas no significa el motivo, el miedo
solo evita que cometa un acto, pero no motiva otros.
Vivo vacío, honestamente pienso que no
tengo nada, estoy solo, no tengo amigos, o eso pienso frecuentemente, no tengo
pareja o algún tipo de amor. Tengo una familia con la que me comunico poco, una
familia de la que me siento profundamente desconectado pues solo mientras
duermo esta parte de mí es que estar con ellos.
No tengo motivación alguna, nada hace que
pueda empezar bien un día, hago las cosas por hacerlas, pero hace mucho tiempo
que no siento emoción, ansias por hacer cosas. La vida se ha convertido en una
gran rutina sinsentido que cada vez me aburre más, y, cuando me aburro,
comienzo a pensar, cuando comienzo a pensar, nuevamente quiero terminar con
todo.
No solo pienso en el fin, en como buscarlo,
también pienso otras cosas, como en el sinsentido de mi vida, de la rutina que
me tiene “funcionando” y mi soledad. Aunque esas no son las únicas cosas en las
que pienso, también pienso en cosas insignificantes, como la historia de un
libro o una película, en algún juego o revivo un recuerdo, ahí pienso que tal
vez la vida no es tan mala. Lamentablemente esto dura poco pues inmediatamente la
melancolía me invade, melancolía por el pasado, melancolía por una vida que
nunca podré tener.
Hay algo más que pienso, algo que trato de
evitar ya que me atormenta más que cualquier otra cosa: Pensar quien soy. Ese
pensamiento es el que más me desespera y más me lleva hacia al vacío y su
oscuridad. Pienso que solo estoy bien cuando logro dormir esta importante parte
de mí, pero entonces ¿El que está bien soy yo? Una de las partes fundamentales
está ausente por lo que me inclino a pensar que no soy yo, en consecuencia,
decaigo, pues me doy cuenta que, dentro de esta lógica, yo, mi verdadero yo, es
alguien que nunca estará bien y pleno, soy alguien destinado a estos
pensamientos autodestructivos, a este vacío que me consume cada día más.
Siento que soy patético, tengo una visión
muy mala de mí mismo, tengo cosas con las que otras personas solo pueden soñar,
tengo un cuerpo sano, familia y no me falta comida, pero aun así no puedo
alcanzar la felicidad, el deseo de vivir. Me siento como un malagradecido,
alguien que es incapaz de valorar lo que tiene. Siento rabia de no poder
contentarme con lo que tengo, siento rabia de querer más, siento rabia de no
poder tener más.
Si tuviera que definirme con una palabra,
sería con “Fracaso” pues creo que es la palabra que me representa a mí y a mi
vida.
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